Parece ser que los servicios de Cloud no acaban de tener éxito en nuestro país, especialmente en el sector del mercado dónde en un principio deberían de tener más salida. Parece ser un producto diseñado para la Pyme, pero esta tiende a mostrar cierto recelo en adquirir producto en la nube por falta de confianza o miedos a costes ocultos. También es cierto que la Pyme le cuesta más valorar los beneficios que le aportan éstos servicios, ya que desde un punto de vista económico, el alquiler Cloud está a la par a la adquisición de hardware a través del renting tecnológico. El resultado es todo un mar a de dudas entre lo seguro de toda la vida, y lo nuevo por descubrir.
Pero en que Consiste el famoso Cloud,.....
Básicamente, consiste en el alquiler on line de un servidor virtualizado que está a nuestra disposición siempre que queramos y que pagamos según el tiempo que lo usemos. Físicamente no existe, sino que un servidor más grande simula nuestro servidor y nos lo muestra cada vez que lo necesitamos. Podemos usarlo como si lo tuviéramos en nuestra casa, podemos instalar programas, conectar usuarios, hacer backup de nuestros datos,....
Podemos también hacer que este servidor sea más grande o más pequeño según lo que necesitemos en cada momento o también contratar las diferentes opciones o funcionalidades que nos ofrece el proveedor del servicio, por ejemplo las copias de seguridad en local.
La facturación funciona como la factura de la Luz o el Agua, dónde tenemos un importe fijo por las características y funcionalidades del servidor que contratamos y una parte variable que irá sujeta al uso.
Veamos las Nubes......
Las ventajas que nos aporta el Cloud como Pyme son básicamente tecnológicas y Fiscales. Por una lado ya nos podemos olvidar de la obsolescencia tecnológica, de actualizaciones y de mantenimientos de hardware. Deja de ser nuestro problema para ser el problema de otro. Nosotros contratamos capacidad, rendimiento y disponibilidad, por lo que a la pregunta de como se consigue eso o como se mantiene con el tiempo, deja de tener sentido para nosotros.
Por otro lado nos permite ajustar los requerimientos tecnológicos a nuestras necesidades de cada momento en un tiempo asombroso. Y no sólo es cómodo adquirir prestaciones en caso de necesidad, sino también es cómodo prescindir de éstas prestaciones cuando no las necesitemos. En un mundo empresarial tan cambiante y dinámico como el que vivimos, cuando debemos invertir el soluciones físicas siempre asalta la duda acerca del uso que le vamos a dar con el tiempo y la tendencia es a hacer configuraciones justas bajo el paraguas de que "... si nos hace falta, más adelante podremos ampliar". Pero el mundo físico no admite retroceso, al menos sin costes adicionales que acaban por no ser rentables. En cambio la nube se ajusta perfectamente y en cada momento, y el retroceso implica menos gasto y no invertir para ahorrar en un futuro.
Fiscalmente tiene el mismo tratamiento que cualquier servicio externo. Recibiremos facturas mensuales o trimestrales que nos podremos deducir los impuestos correspondientes. Al no ser una inversión, ni implicar la adquisición de un equipo, no es necesario generar un activo de alta depreciación como inmovilizado, con lo que en general éste hecho acaba afectando de manera positiva en los estados contables, y en especial en la Pyme.
Otro punto a favor es la gran apuesta que están realizando la mayoría de fabricantes por el Cloud. Hoy en día ya no se plantea ningún desarrollo que no contemple ésta opción, con lo que nos encontramos con un porfolio de productos extenso con opción al Cloud. Hay mucho interés en dar salida a los grandes centros de procesos de datos que respaldan éste servicio y que necesitan amortizarse alquilando sus prestaciones, capacidades y sistemas de seguridad, y éste hecho puede entenderse como una gran oportunidad para la Pyme ya que puede acceder al uso de una tecnología sin las preocupaciones de entenderla o mantenerla.
..... Colgar de un hilo y otros Nubarrones.
Como todo en ésta vida, también existen puntos en contra cuando hablamos del Cloud, pero más que Nubes tormentosas o tempestades como algunos afirman, son más bien consideraciones que hay que tener en cuenta antes de subirnos a la nube. Si entendemos cuales son los requerimientos y tomamos las precauciones adecuadas es muy difícil que nos encontremos con una tormenta y nosotros sin paraguas.
Por un lado hay que tomar interés por las comunicaciones. En el Cloud, literalmente colgamos de un hilo toda nuestra gestión, con lo que es necesario que ese hilo que usamos para conectarnos sea los suficientemente grueso para que nos aguante la entrada de datos y especialmente la salida de datos. Si lo que queremos es asegurar la disponibilidad, no es mala idea tener dos hilos de diferentes operadores para que uno dé soporte al otro en caso de caída.
Ya no nos sirven la contratación de lineas domésticas para uso profesional que tanto gusta a la Pyme, se ha terminado eso de pagar 40€ al mes de tarifa plana con velocidades de salida y de entrada no sincronizadas.
Si no queremos tener problemas, es imprescindible adquirir lineas profesionales con ancho de banda garantizado y de igual velocidad en la salida como en la entrada de datos, y eso ya no cuesta 40€ al mes.
Otra nube amenazadora, es el recelo que muestran muchas pymes en nuestro país en dipositar sus datos en un lugar que no saben dónde está y que físicamente no tienen controlado. Es muy habitual que en la Pyme la dirección ejecutiva esté muy ligada a la propiedad de la compañía, y esto hace cambiar mucho el prisma desde donde se valoran las cosas. El sentido propietario del " core " de su organización y las consecuencias que significa la pérdida de datos para ellos, no les permite practicar el desapego a sus bases de datos. Necesitan tenerlas cerca y guardar sus copias detrás de los botes del arroz, necesitan poder tocar su " conocimiento patrimonial " aunque sea sólo una caja de hierro con luces. A mí modo de entender, éste es el gran motivo por el cual no está teniendo éxito el Cloud en la Pyme, la desconfianza por falta de experiencia y la desinformación en un nicho de mercado que aún no ha madurado.
Y finalmente el último inconveniente tiene que ver con la normativa legal del tratamientos de datos. Hay que tener en cuenta que si tratamos con datos de carácter personal, deberemos cumplir las normativas legales dónde están dichos datos alojados. Independientemente que nuestra contratación sea en nuestro país, es muy probable que nuestros datos estén alojados en otro país con lo que es importante informarse de la ubicación, no sea que incurramos en un delito de manera inconsciente. Lo mejor es movernos en nuestro entorno, la normativa europea comuna nos garantiza el cumplimento dentro de la unión europea, con lo que vale la pena pagar un poquito más y garantizar éste tema, no sea que por ahorrar una poquito cada mes, acabemos dipositando nuestros datos en un país dónde no se regulan estas cosas.
Conclusiones
En resumen, diría que hoy en día hay más Nubes que Nubarrones. Con todo y con ello, es necesario tomar ciertas precauciones para garantizar que el Cloud no se convierta en una tormenta.
Es imprecindible escoger un buen proveedor de servicios Cloud, que tenga experiencia e infrastructura para dar el servicio, que sea conocido y que su ubicación sea en nuestro ámbito de influencia legal y garantice la integridad de nuestros datos.
Es muy importante tomar atención a nuestras comunicaciones ya que se convertirán en nuestro cordón umbilical.
Y finalmente es necesario tener un cambio de mentalidad, romper con formulas más clásicas y practicar el desapego al hierro. Recuerdo aproximadamente hace 10 años, cuando empezaba todo el tema del negocio electrónico, que la Pyme también era muy recelosa a su uso. Hoy en día es un sector maduro y se ha convertido en una normalidad para los departamentos de compra. Es ésta madurez lo que le hace falta al Cloud, hace falta confianza en un sistema que poco a poco se irá afianzando, porque se irá alimentando de experiencias positivas.
Es necesario tomar confianza en el Cloud, ya que hoy por hoy el mundo IT va dirigido hacia esos derroteros, y a pesar de que físicamente nuestros datos estén ubicados en la nube, si queremos podemos continuar guardando nuestras copias detrás de los botes de arroz.
Todos tenemos en casa un cajón que utilizamos para guardar nuestra ropa interior de todo tipo. Ahí tenemos de todo, calcetines, medias, calzoncillos, bragas, pañuelos.... algunos los usamos a diario, algunos de forma ocasional para hacer deporte o simplemente para estar por casa, algunos son como tesoros que usamos sólo en ocasiones muy especiales... y algunos no nos los hemos puesto nunca por que nos sentimos ridículos, aunque nos sabe mal tirarlos por que fue un regalo de algún amigo invisible en alguna cena de navidad.
Existen muchas herramientas a nuestra disposición para conseguir éstos objetivos, empezando por la propias configuraciones que nos ofrecen los servidores a través de sus controladoras de discos que nos permiten desde escoger un sistema básico de seguridad con discos espejos ( Raid 1 ) hasta las completas herramientas de gestion que incorporan las cabinas de almacenamiento de gama baja o media, que son capaces de analizar la naturaleza de los datos poniéndonos los calcetines de uso diario más a mano que los de uso ocasional, son capcaces de tener un cajón de recambio preparado por si se nos rompe el principal, o de getionar el espacio de manera inteligente para que no tengamos más calcetines iguales de los necesarios. El hecho de que cada prenda tenga su cajon y este este identificado, facilita su busqueda y su gestion; y por ello ahorramos espacio y coste de almacenamiento. La elección del mecanismo a escoger dependerà en gran medida de la función que debe desempeñar el sistema de almacenamiento, y es muy importante de dedicarle una especial atención ya que con el tiempo nos acabarà afectando en mayor o menor medida a nuestra organización. El ahorro no significativo en una inversión inicial puede llegar a representar a largo plazo un coste de mayor magnitud y de dificil valoración.